Denuncian errores en vacunación de ganado

Denuncias por errores en la vacunación de ganado

La laguna es una región conocida por su actividad ganadera, especialmente en la cría de cabras. Sin embargo, en los últimos tiempos, los caprinocultores han expresado su preocupación por las prácticas erróneas de vacunación utilizadas para combatir la brucelosis en estos animales.

A pesar de que existe una normativa específica que regula la vacunación y prevención de enfermedades en el ganado, parece que esta norma no se está aplicando correctamente en la región de La Laguna. Esta situación ha generado una discusión entre los caprinocultores y los expositores durante un taller caprino del Engalec.

Los caprinocultores han destacado que hay un manejo equivocado en la aplicación de la norma, lo cual no garantiza que se tengan animales libres de brucelosis. Por otro lado, las empresas que utilizan la leche de cabra como materia prima para sus productos exigen que la leche esté libre de brucelosis. Esto crea un conflicto, ya que los caprinocultores argumentan que es imposible cumplir con esta exigencia si las prácticas de vacunación continúan siendo erróneas.

Luis Francisco Portilla Fernández, productor de cabras en Francisco I. Madero, ha manifestado su preocupación respecto a este problema. Ha señalado que las empresas que solicitan leche libre de brucelosis enfrentan dificultades económicas, ya que no hay manera de entregar dicha leche si las prácticas de vacunación no son corregidas. Portilla Fernández enfatiza que es fundamental realizar pruebas para verificar la negatividad de la cabra antes de vacunarla, ya que si se vacuna a un animal que ya está enfermo, la vacuna no servirá de nada.

El caprinocultor también advierte que, al confiar en la suposición de que los animales ya están vacunados, se corre el riesgo de que uno de ellos sea positivo a la brucelosis, lo que podría generar bacterias y contaminar a los demás animales. Portilla Fernández afirma que “la norma tiene buena intención, pero no se aplica correctamente”.

En busca de soluciones, Portilla Fernández comenta que se está trabajando en colaboración con los dos estados involucrados para establecer un programa de control basado en criterios reales. Propone que, antes de vacunar a una cabra, se realice una prueba para confirmar que la enfermedad no está presente en el animal. En caso de que el resultado sea negativo, se procedería a aplicar la vacuna y se marcaría al animal con una “V” mediante el uso de un fierro.

Portilla Fernández también destaca que la brucelosis no solo afecta a las cabras, sino que también se ha detectado en quesos elaborados con leche cruda de vaca. Señala que se han registrado casos de brucelosis en San Pedro, los cuales han causado abortos en el ganado bovino. Esto muestra que la enfermedad no se limita solo a las cabras, sino que también puede ser transmitida por el ganado bovino de agostadero. Además, destaca que productos lácteos frescos de vaca provenientes de Viesca, Zacatecas, están ingresando al área con altos niveles de brucelosis.

Por otro lado, Portilla Fernández menciona que se han realizado modificaciones en la norma en relación con la revacunación. Sin embargo, se queja de que en las ventanillas de Sagarpa (Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación) no están aceptando el certificado de vacunación (2.14) cuando las cabras tienen aretes Sigma. En su lugar, solicitan una prueba negativa actualizada junto con el certificado de vacunación, sin importar si la cabra estuvo enferma previamente y si la vacuna no tuvo efecto. Portilla Fernández expresa su frustración ante esta situación, afirmando que se está jugando “al Tío Lolo”.

La problemática denunciada por los caprinocultores respecto a los errores en la vacunación del ganado es preocupante. Además del impacto negativo en la salud de los animales y la producción de leche, la presencia de brucelosis en el ganado también representa un riesgo para la salud pública. Las autoridades competentes deben tomar medidas inmediatas para corregir estas prácticas erróneas y garantizar que se apliquen correctamente las normas de vacunación y prevención de enfermedades en el ganado. Esto no solo protegerá la salud de los animales, sino también la salud de las personas que consumen productos de ganado infectado.